EL MEDITERRÁNEO, ¿ESPERANZA DE VIDA O CORREDOR DE LA MUERTE?
El mar Mediterráneo es la cuna de la cultura occidental.
Nuestro Mare Nostrum ha visto surcar a trirremes griegas, a trasatlánticos y a
superpetroleros. Los países que nacieron alrededor de este mar han sido los que
han acabado contaminándolo. Como dice Manrique, la vida siempre lleva a la
muerte.
En este caso el mar Mediterráneo ha sido un corredor de la
muerte para todos los fallecidos que luchaban por tener una vida mejor, 29 de
los 105 africanos que la semana pasada perdieron la vida intentando llegar a
las costas italianas. Pero a la vez ha sido una esperanza de vida para todos
los supervivientes. “Nuestras vidas son
los ríos que van a dar en la mar que es el morir”.
Cada vez es mayor el número de
inmigrantes que, bien huyendo de países en conflicto o de la pobreza arriesgan
su vida cruzando el mar. En esta tragedia han fallecido mujeres, hombres, jóvenes,
adultos, niños, a todos les ha llegado la muerte por igual. “Allí los ríos caudales, allí los otros,
medianos y más chicos, allegados son iguales los que viven por sus manos y los
ricos”.
El mar Mediterráneo es una esperanza de vida para todos los
inmigrantes que huyen de África y sueñan con vivir en mejores condiciones de
vida y a su vez es la tumba que acoge a miles de inmigrantes subsaharianos que mueren
intentando llegar al “paraíso”.